El vestido

En la elección de su indumentaria, la novia debe priorizar siempre su gusto y su estilo: clásico, moderno, años veinte, minimalista, vintage, etc. El wedding planner puede acompañarla y asesorarla cuando acuda a las tiendas a probarse los vestidos. También pueden ir algunos amigos o familiares, como la madre, la hermana o la suegra. Si la novia no quiere tener tanta presión en la elección, quizás pueda optar por invitarles a una de las pruebas posteriores, pero no en el momento de tomar la decisión.  Al llegar a la tienda, es importante dar algunos datos al profesional, como la fecha y el lugar de celebración de la ceremonia y del banquete. Será esencial conocer, por ejemplo, si va a hacerse en una finca rústica o en una playa para seleccionar un estilo acorde. Es recomendable que la novia lleve puesto un sujetador adecuado y una ropa interior lo más lisa posible. Las pruebas posteriores a la elección sirven para trabajar el vestido y que se adapte a su cuerpo. Se suelen realizar un par de pruebas 2 meses antes del enlace. Una semana antes se hace otra más para ver el resultado final y que no haya sorpresas de última hora.  

 A continuación os explico las diferentes consideraciones que tenéis que tener en cuenta para que la compra del vestido sea la elección perfecta. 

La tela y el color:  Si ya se tiene una idea del tipo de vestido que se quiere, la elección de la tela se basará en líneas más o menos fluidas, cortes más o menos definidos y caídas más o menos ligeras. La época del año también será muy importante para escoger las telas. A modo de ejemplo, la seda, las fibras naturales y el algodón son tejidos idóneos para las temperaturas veraniegas, mientras que otros más gruesos son adecuados para las invernales. El color supone todo un reto. Lo clásico y más habitual son los tonos blancos, rotos o marfil. No obstante, os podemos asesorar para que podáis  optar por colores como el rosa palo, el salmón, el verde agua, el champagne u otros.

La Falda: Partiendo del estilo, se puede seleccionar el tipo de manga, la falda, el corte.. 

  • Falda recta. Es recomendable para las novias que busquen sencillez y, a la vez, comodidad. Suele favorecer a los cuerpos rectos y no se ajusta tan bien a los que tienen la cadera algo más ancha.
  • Falda sirena. Va ajustada al cuerpo hasta la altura de la rodilla, donde la cola comienza a abrirse, por lo que marca mucho las curvas. Cabe señalar que tiende a acortar el cuerpo. 
  • Falda ancha. Este tipo de falda, que es todo un clásico, se ajusta a la cintura y, poco a poco, se va abriendo en forma de triángulo, de modo que no marca tanto la silueta. Aporta elegancia y comodidad, puesto que ofrece una movilidad total.   

El talle: El talle se refiere a la forma que adopta el vestido, cortándolo y adaptándolo de diferentes formas al cuerpo. Existen, principalmente, tres tipos de talle:  

  • Talle imperio. El corte va por debajo del pecho, de forma que alarga la figura. Destaca por su comodidad y por el aporte de un toque romántico y vintage. 
  • Talle cintura. Lleva el corte a la altura de la cintura, siendo favorable a la mayoría de cuerpos. 
  • Talle bajo. Se trata de un talle que marca el busto y toda la parte del torso. Es recomendable, sobre todo, para mujeres muy altas y con cuerpos bastante rectos.  

La Manga: En la elección de la manga hay que tener en cuenta, primordialmente, la estación del año y el diseño del traje, ya que algunos escotes admiten mejores mangas que otros. Por ejemplo, las de farol crean sensación de mayor volumen y solo quedan bien en los vestidos baby doll, y las de globo sirven para disimular los brazos menudos. Los principales tipos de manga son:  

  • Media manga. Generalmente, llega hasta el codo y se ciñe al brazo para estilizarlo. Se recomienda que no sea demasiado ancha. Suele favorecer especialmente a las mujeres con brazos largos y estilizados. 
  • Manga larga. Es una manga glamourosa que estiliza el brazo y lo hace visualmente más largo. Se utiliza, sobre todo, en las bodas de tarde-noche. 

Existen incluso mangas desmontables que pueden ser largas para la ceremonia y más cortas o que incluso dejen el traje sin mangas para la celebración posterior. En cuanto al material y las características, pueden ser de tul, encaje, seda, malla, lisas, con bordados de pedrería, con aplicaciones de pequeñas flores…  

  • Manga japonesa. Cubre el hombro y la parte superior del brazo, aportando un toque retro y coqueto al look, y queda bien con casi cualquier tipo de escote. Cabe la posibilidad de que sea una continuación natural del vestido o bien un añadido al mismo, y puede confeccionarse con materiales muy diversos y contener diferentes detalles. 
  • Manga bolero. Es una buena solución para cubrir los hombros. Se trata de un tipo de manga muy versátil, ya que, tras la ceremonia, puede transformar el traje. Los materiales más comunes para la manga bolero son el tul o el encaje, porque, al no ser tupidos, no tapan tanto y permiten seguir luciendo el atuendo.

El Escote: Una vez elegido el tipo de vestido y la tela, detalles como el escote suponen otro reto. Para que sea favorecedor, hay que elegirlo teniendo en cuenta el tamaño de la cintura, el pecho, la espalda, los hombros, los brazos y el cuello. El escote hace que el resultado pueda ser más o menos elegante, atrevido, discreto o romántico, entre otros, y existen muchos modelos. Los tipos más destacados son los siguientes:  

  • Escote barco. Es muy elegante y discreto, adecuado para cuerpos que quieran potenciar la zona de los hombros, y especialmente favorecedor con mangas largas. Cabe señalar que, en casos de poco pecho, visualmente lo empequeñece más. Si el cuello es largo, como recomendación, el escote debe estar lo más cercano posible a dicha zona; si las proporciones son más anchas, es preferible que el escote sea más abierto y caído sobre los hombros. 
  • Escote cuadrado. Este tipo de escote resalta el pecho y se adecua muy bien a cuerpos con cadera ancha y poca cintura. Es ideal para los vestidos con corte imperio, que son los más recomendados en casos en los que no se quiere marcar mucho la figura o se quieren llevar mangas. 
  • Escote en forma de V. Estiliza y sienta bien a todos los tipos de cuerpo. Ayuda a afinar las caras más redondas, disminuye visualmente el pecho grande y lo potencia cuando es pequeño, reduce la cintura, alarga el cuello y la silueta, amplía los hombros y, además, admite cualquier manga. 
  • Escote corazón. Destaca la forma del busto y es la más romántica de las opciones. Cabe señalar que realza el pecho, aunque no es muy recomendable si se tiene mucho, puesto que su efecto podría generar incomodidad a la novia. No obstante, la elección dependerá en todos los casos de su gusto y estilo. 
  • Escote palabra de honor. Acostumbra a ser recto, aunque también puede acabar en pico, en redondo o con forma de corazón. Se usa mucho en los vestidos de corte evasé, los de línea A y los de estilo princesa o sirena, y encaja especialmente bien en cuerpos de cuello corto y brazos finos. Siempre hay que fijarse en cómo queda puesto, pero, generalmente, cuando se tiene poco pecho suele producir un efecto de aplastamiento, como si se tratase de una venda. 
  • Escote a caja. Se trata de un escote redondo, que se adapta fácilmente a diferentes modelos de vestidos y de mangas. Puede ser más o menos cerrado, de modo que se adapta al tipo de pecho que se tiene en cada caso, siendo muy apropiado para las novias con poco pecho. Aporta sencillez y elegancia.   

La Cola y El escote en la espalda: La cola y el escote en la espalda cobran un protagonismo que no se debe obviar. Tradicionalmente, las colas siempre han estado asociadas a los vestidos largos, han representado distinción y elegancia, y se han utilizado para afinar y alargar la figura de quien las lleva. No obstante, en la actualidad existe una gran variedad de vestidos de novia cortos, por debajo de las rodillas o por los tobillos, que también admiten cola. Por lo tanto, hay opciones para todos los gustos. Existen numerosos tipos de colas, pero podemos reducirlos a dos:  

  • Colas sueltas. Se montan en la cintura del vestido, a modo de añadido, generalmente para lucirlas en la ceremonia. Suelen diseñarse y elaborarse con la misma tela que éste o bien con una que sea complementaria. Tras la ceremonia, una vez quitadas, transforman el atuendo y ofrecen un look diferente para el resto de la velada. Resultan muy cómodas. 
  • Colas unidas al traje. Son modelos perfectos para aquellas novias que quieren un resultado majestuoso. Habitualmente, se utilizan en los vestidos más clásicos. 

El escote en la espalda se convierte muchas veces en el verdadero protagonista de un vestido y le aporta elegancia y originalidad. Si la novia opta por llevarlo, debe elegir el diseño que más se adecue a la forma de su espalda. Este tipo de vestidos condicionan el peinado, siendo recomendable decantarse por un recogido. Uno de los escotes más demandados es el que tiene forma de X, que tiende a ampliar visualmente la espalda, por lo que no es la opción más favorecedora cuando dicha zona es ancha. Las transparencias, las puntillas, los bordados y encajes, o las botonaduras y las gasas pueden ser también los grandes protagonistas de muchos vestidos de boda. Según el tipo de novia, se recomiendan unos acabados u otros:  

  • Para las novias que quieran ir elegantes. La elección del escote es fundamental. Los acabados con botonadura son tambn un detalle esencial. 
  • Para las novias más clásicas. Deben probar con los acabados con brocados, los encajes, los detalles de pedrerías, las organzas, muselinas, encajes y finos tules. 
  • Para las novias con toque romántico. Los escotes corazón o en palabra de honor, los volantes y los bordados con flores o mariposas son ideales. 
  • Para las novias más atrevidas. El escote y las espaldas libres con transparencias y el corte de sirena pueden ser una buena opción. También se puede apostar por nuevas tendencias: pantalones, vestidos cortos, vestidos temáticos (flamenco, vintage, country,).  

Alternativas al clásico vestido: Tal como se ha apuntado anteriormente, las novias no solo pueden llevar vestido. Existen otras opciones que, ya sea por cuestión de gustos, de comodidad o de precio, también son demandadas para este día especial. Estas son algunas de las alternativas a escoger:  

  • Falda y crop top o vestido dos piezas. Son propios de los meses con temperaturas más cálidas y se han convertido en una alternativa un poco menos formal y más divertida. La falda suele ser de cintura alta, por encima del ombligo, y el top deja entrever un poco el abdomen. Algunos tops también admiten escote. De hecho, se puede optar por una parte delantera más sobria y una espalda escotada. No hay que mostrar necesariamente algo de piel, se puede usar un top algo más largo. Hay mucha variedad en cuanto a los diseños y la tela puede ser la misma en las dos piezas o bien variar.
  • Traje de pantalón. Los trajes de pantalón para novias han ido ganando terreno en los últimos años. Se han convertido en una fórmula ideal para las que nunca llevan vestido y para las que buscan mayor comodidad. Lo más importante es acertar con el tejido (gasa, tul, seda, satén, crepé, etc.), la forma y el cuerpo del conjunto. Las mismas novias que buscan vestidos sencillos, se decantan también por trajes de pantalón de líneas simples como segunda indumentaria. Si el presupuesto es más reducido, la opción de un traje de pantalón con cola superpuesta es una idea original y estilosa; para darle un nuevo aire al look solo habrá que quitar la cola. Los monos, con gran variedad en cuanto a escotes, telas y cortes, también se han convertido en un reclamo para las bodas. Además de ser alternativas a los clásicos vestidos de novia, estas opciones suelen ser más económicas. Tienen también la ventaja de que se les puede sacar partido después de la boda, convirtiéndose en prendas que no son de un solo uso.

Segundo atuendo: Actualmente, cada vez son más las novias que se compran un segundo atuendo para lucir en el banquete. En cuanto a la elección, recomendamos que también sea blanco para distinguirse del resto de invitados y, sobre todo, cómodo. Aun así, la decisión final siempre recae en la novia. El principal motivo para hacerlo es la practicidad. Generalmente, el atuendo de la ceremonia suele ser más recargado y no facilita la movilidad. Además, si la boda se celebra en la iglesia, hay ciertos protocolos a seguir; por ejemplo, el de evitar los hombros al descubierto o las aberturas demasiado pronunciadas, de modo que la novia debe ir algo más tapada.  

Después de todo ésto sólo nos queda invitaros a compartir estos momentos juntos, no sólo queremos ser vuestros wedding planner, queremos que nos veáis como uno más y podamos disfrutar de todo este proceso junto a vosotros.  

Os esperamos 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *